miércoles, 30 de noviembre de 2011

TRABALENGUAS

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#1

El amor es una locura que solo el cura lo cura,
pero el cura que lo cura comete una gran locura.

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#2
Cuando cuentes cuentos,
cuenta cuantos cuentos cuentas,
porque si no cuentas cuantos cuentos cuentas
nunca sabrás cuantos cuentos cuentas tú

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#3
Pepe Pecas pica papas con un pico,
con un pico pica papas Pepe Pecas.
Si Pepe Pecas pica papas con un pico,
¿dónde está el pico con que Pepe Pecas pica papas?




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El hada fea

Había una vez una aprendiz de hada madrina, mágica y maravillosa, la más lista y amable de las hadas. Pero era también una hada muy fea, y por mucho que se esforzaba en mostrar sus muchas cualidades, parecía que todos estaban empeñados en que lo más importante de una hada tenía que ser su belleza. En la escuela de hadas no le hacían caso, y cada vez que volaba a una misión para ayudar a un niño o cualquier otra persona en apuros, antes de poder abrir la boca, ya la estaban chillando y gritando:
- ¡fea! ¡bicho!, ¡lárgate de aquí!.

Aunque pequeña, su magia era muy poderosa, y más de una vez había pensado hacer un encantamiento para volverse bella; pero luego pensaba en lo que le contaba su mamá de pequeña:

- tu eres como eres, con cada uno de tus granos y tus arrugas; y seguro que es así por alguna razón especial...

Pero un día, las brujas del país vecino arrasaron el país, haciendo prisioneras a todas las hadas y magos. Nuestra hada, poco antes de ser atacada, hechizó sus propios vestidos, y ayudada por su fea cara, se hizo pasar por bruja. Así, pudo seguirlas hasta su guarida, y una vez allí, con su magia preparó una gran fiesta para todas, adornando la cueva con murciélagos, sapos y arañas, y música de lobos aullando.
Durante la fiesta, corrió a liberar a todas las hadas y magos, que con un gran hechizo consiguieron encerrar a todas las brujas en la montaña durante los siguientes 100 años.
Y durante esos 100 años, y muchos más, todos recordaron la valentía y la inteligencia del hada fea. Nunca más se volvió a considerar en aquel país la fealdad una desgracia, y cada vez que nacía alguien feo, todos se llenaban de alegría sabiendo que tendría grandes cosas por hacer.


Autor.. Pedro Pablo Sacristán



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EL SOL NO TIENE BOLSILLOS

El Sol no tiene bolsillos,
la Luna no tiene mar.
Por qué en un mundo tan grande
habrá tan poco lugar.

Y adónde voy
y adónde vas
y adónde vamos a parar
rodando en una burbuja
en busca
de la humanidad.

Por qué si el aire es de todos
pagamos por respirar.
Por qué en un mundo tan grande
habrá tan poco lugar.

He visto flores cuadradas
y un pájaro militar.
Por qué en un mundo tan grande
habrá tan poco lugar.

María Elena Walsh - Mario Cosentino


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Llegó la Primavera

Ya llegó la primavera

con un puñado de rosas,

violetas, dalias, claveles

y un montón de mariposas.

Ya llegó la primavera

y la brisa del jardín,

lleva y trae, trae y lleva

el perfume del jazmín.

Autor desconocido.


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LA BLANCA PALOMA

Estaba la paloma blanca
sentada en un verde limón
con el pico cortaba la rama
de la rama cortaba la flor
¡Ay, ay ay! ¿Cuándo vendrá mi amor?
¡Ay, ay ay! ¿Cuándo la veré yo?
Me arrodillo a los pies de mi amante,
me levanto constante, constante.
¡Dame una mano! ¡Dame la otra!
¡Dame un besito sobre mi boca!
Dare la media vuelta,
dare la vuelta entera,
haiendo un pasito atrás,
haré una reverencia.
Pero no, pero no, pero no,
porque me da verguenza,
pero si, pero si, pero si,
porque me gusta así.

Anónimo

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lunes, 28 de noviembre de 2011

El Árbol del Ruiseñor.

Hubo una vez un lindo ruiseñor que hacía su nido en la copa de un gran roble. Todos los días el bosque despertaba con sus maravillosos trinos.

La vida volvía a nacer entre sus ramas. Las hojas crecían y crecían. También lo hacían los polluelos del pequeño pajarito.

Su nido estaba hecho de ramitas y hojas secas.

Algunas ardillas curiosas se acercaban para ver como los polluelos picoteaban el cascarón hasta dejar un hueco en el que poder estirar su cuello. Empujaban con fuerza y lograban salir hacia fuera.

Sus plumitas estaban húmedas. En unas cuantas horas se habrían secado y los nuevos polluelos se sorprenderían de lo que les rodeaba.

El árbol estaba orgulloso de ellos. Él también era envidiado por los demás árboles no sólo por tener al ruiseñor sino por la belleza de su tronco y sus hojas. Era grandioso verlo en primavera.

Al llegar el otoño, las hojitas de los árboles volaban hacia el suelo. Con gran tristeza caían, pero el viento las mimaba y las dejaba caer con suavidad. Al pasar el tiempo éstas serían el abono para las nuevas plantas.

Al ruiseñor le gustaba jugar entre sombra y sombra. Revoloteaba haciendo piruetas, buscando la luz y cuando un rayo de sol iluminaba sus plumas, unas lindas notas musicales acompañaban su alegría y la de sus polluelos.

Un día un hongo fue a vivir con él. Ya lo conocía de antes se llamaba Dedi, bueno, tenía un nombre muy raro, pero ellos le llamaban así.

El roble comenzó a sentirse enfermito, tenía muchos picores y su piel se arrugaba.

De vez en cuando le corría un cosquilleo por el tronco.

Estaba un poco descolorido, ni siquiera tenía ganas de que los ciempiés jugaran alrededor de sus raíces.

Él hongo estaba celoso del árbol y de su amistad con el ruiseñor.

Pensó que si le enfermaba, el ruiseñor le haría mas caso a él, envidioso de su amor no le importó hacerle sufrir.

Los demás animales convencieron al hongo para que abandonara al árbol. Así conseguiría, ser su amigo pero nunca por la fuerza.

A partir de aquel día siempre se juntaban para ver amanecer.

El hongo aprendió una gran lección, su poder y su fuerza debía utilizarlas, para algo bueno, para crear, no para destruir.
Desconozco autor.


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Pipo Pescador y el Sapo Pepe cantando: En el auto de papá

jueves, 24 de noviembre de 2011

La Reina Batata

Estaba la reina batata
sentada en un plato de plata
el cocinero la miró
y la reina se abatató.

La reina temblaba de miedo
y el cocinero con el dedo
que no que si que si que no!
de mal humor la amenazó.

Pensaba la reina batata,
ahora me pincha y me mata
el cocinero murmuró
con esta sí me quedo yo.

La reina vio por el rabillo
que estaba afilando el cuchillo
y tanto,tanto se asustó
que rodó al suelo y se escondió.

Entonces llegó de la plaza
la nena menor de la casa,
cuando buscaba su yo-yo
en un rincón la descubrió.

La nena en un trono de lata,
la puso a la reina batata
colita verde le brotó.
(a la reina batata a la nena no)
y esta canción se terminó.

María Elena Walsh


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domingo, 20 de noviembre de 2011

Los tres cerditos

Había una vez tres cerditos que eran hermanos, y se fueron por el mundo a buscar fortuna. A los tres cerditos les gustaba la música y cada uno de ellos tocaba un instrumento. El más pequeño tocaba la flauta, el mediano el violín y el mayor tocaba el piano...

A los otros dos les pareció una buena idea, y se pusieran manos a la obra, cada uno construyendo su casita.
- La mía será de paja - dijo el más pequeño-, la paja es blanda y se puede sujetar con facilidad. Terminaré muy pronto y podré ir a jugar.
El hermano mediano decidió que su casa sería de madera:
- Puedo encontrar un montón de madera por los alrededores, - explicó a sus hermanos, - Construiré mi casa en un santiamén con todos estos troncos y me iré también a jugar.
El mayor decidió construir su casa con ladrillos.
- Aunque me cueste mucho esfuerzo, será muy fuerte y resistente, y dentro estaré a salvo del lobo. Le pondré una chimenea para asar las bellotas y hacer caldo de zanahorias.

Cuando las tres casitas estuvieron terminadas, los cerditos cantaban y bailaban en la puerta, felices por haber acabado con el problema. De detrás de un árbol grande surgió el lobo, rugiendo de hambre y gritando:
- Cerditos, ¡os voy a comer!
Cada uno se escondió en su casa, pensando que estaban a salvo, pero el Lobo Feroz se encaminó a la casita de paja del hermano pequeño y en la puerta aulló:
- ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré!
Y sopló con todas sus fuerzas: sopló y sopló y la casita de paja se vino abajo. El cerdito pequeño corrió lo más rápido que pudo y entró en la casa de madera del hermano mediano.
De nuevo el Lobo, más enfurecido que antes al sentirse engañado, se colocó delante de la puerta y comenzó a soplar y soplar gruñendo:
- ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré!
La madera crujió, y las paredes cayeron y los dos cerditos corrieron a refugiarse en la casa de ladrillo del mayor.El lobo estaba realmente enfadado y hambriento, y ahora deseaba comerse a los Tres Cerditos más que nunca, y frente a la puerta bramó:
- ¡Soplaré y soplaré y la puerta derribaré! Y se puso a soplar tan fuerte como el viento de invierno

Sopló y sopló, pero la casita de ladrillos era muy resistente y no conseguía su propósito. Decidió trepar por la pared y entrar por la chimenea. Se deslizó hacia abajo... Y cayó en el caldero donde el cerdito mayor estaba hirviendo sopa de nabos. Escaldado y con el estómago vacío salió huyendo hacia el lago

Los cerditos no le volvieron a ver. El mayor de ellos regañó a los otros dos por haber sido tan perezosos y poner en peligro sus propias vidas. Anónimo.





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jueves, 17 de noviembre de 2011

Don Fresquete

DON FRESQUETE


Había una vez un señor todo de nieve. Se llamaba Don Fresquete.
¿Este señor blanco había caído de la luna? –No.
¿Se había escapado de una heladería? –No, no, no.
Simplemente, lo habían fabricado los chicos, durante toda la tarde, poniendo bolita de nieve sobre bolita de nieve.
A las pocas horas, el montón de nieve se había convertido en Don Fresquete.
Y los chicos lo festejaron, bailando a su alrededor. Como hacían mucho escándalo, una abuela se asomó a la puerta para ver qué pasaba.
Y los chicos estaban cantando una canción que decía así:

“Se ha marchado Don Fresquete a volar en barrilete.”

Como todo el mundo sabe, los señores de nieve suelen quedarse quietitos en su lugar.
Como no tienen piernas, no saben caminar ni correr. Pero parece que Don Fresquete resultó ser un señor de nieve muy distinto.
Muy sinvergüenza, sí señor.
A la mañana siguiente, cuando los chicos se levantaron, corrieron a la ventana para decirle buenos días, pero... ¡Don Fresquete había desaparecido!
En el suelo, escrito con un dedo sobre la nieve, había un mensaje que decía:

“Se ha marchado Don Fresquete a volar en barrilete.”

Los chicos miraron hacia arriba y alcanzaron a ver, allá muy lejos, a Don Fresquete que volaba tan campante, prendido de la cola de un barrilete.
De repente parecía un ángel y de repente parecía una nube gorda.

¡Buen viaje, Don Fresquete! María Elena Walsh


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viernes, 11 de noviembre de 2011

Juegos verbales

Para dramatizar, jugar y cantar con los más chiquitos:

La gallina bataraza

La gallina bataraza
puso un huevo en la canasta
Puso uno, puso dos,
puso tres, puso cuatro,
zapatitos para un gato.


La gallina blanca

La gallina blanca (se hacen cosquillas en el dedo)
puso un huevo
en el sombreo.
Hice una tortilla (tirando de cada dedo)
con sal y perejil
un poquito lo comí (se recorre el brazo y se esconden los dedos en las axilas)
y otro poco lo escondí.


Soy chiquitito

Soy chiquitito
no alcanzo a la mesa,
pongo un banquito
y ¡Pum! de cabeza.




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viernes, 4 de noviembre de 2011

El gallito ciego o la gallina ciega

Juego infantil también conocido como el gallo ciego o la gallinita ciega.

Participan generalmente no menos de seis personas.
Una de ellas será la gallina ciega y se le vendarán los ojos.
La gallina ciega da tres vueltas en redondo para desorientarse y luego intentará agarrar a alguno de los jugadores quienes, por supuesto, tratarán de evitarlo. Cuando atrapa a uno, ese niño cambia de lugar con la gallina ciega y empieza la siguiente ronda.

El juego termina cuando ya han pasado a ser gallina ciega dos o tres de los participantes, o bien cuando los niños se cansan de jugar.

La gallina ciega es muy popular en todo el mundo, siendo incluso inmortalizado en la tela por pintores famosos. Entretiene mucho a los niños, aunque hay que tomar ciertas precauciones antes de jugarlo, como revisar los muebles que tengan puntas agudas, quitar todo lo que pueda provocar la caída de los niños u otro tipo de accidentes.

Existen diferentes tipos de canciones que acompañan al juego, dependiendo de las regiones donde se juegue, como por ejemplo:

-Gallo Ciego, ¿qué has perdido?
-Una aguja y un dedal.
-¿En dónde?
-En la cuesta del totoral.
-Yo te los he hallado y no te los voy a entregar.

o esta otra versión:

-Gallinita ciega,
si tú quieres ver
a la que toques
la has de conocer.

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miércoles, 2 de noviembre de 2011

MI GATO REGALÓN

Yo tengo un gato negro, chiquito y regalón,

se pasa todo el día echado bajo el sol.

Es un gato bueno que no hace mal jamás

al ver a un ratoncito lo corre y nada más.

Autor desconocido.


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LA GALLINA TURULECA.

martes, 1 de noviembre de 2011

Ronda: Mambrú se fue a la guerra

Mambrú se fue a la guerra
¡qué dolor, qué dolor, qué pena!
Mambrú se fue a la guerra
No sé cuando vendrá
Do re mi, do re fa
No sé cuando vendrá.

Si vendrá por la Pascua
¡qué dolor, qué dolor, qué gracia!
si vendrá por la Pascua
o por la Trinidad
Do re mi, do re fa
O por la Trinidad.

La Trinidad se pasa
¡qué dolor, qué dolor, qué guasa!…
Mambrú no viene ya….

Me he subido a la torre
¡qué dolor, qué dolor que corre!…
Para ver si vendrá…

Por allí viene un paje
¡qué dolor, qué dolor, qué traje!…
¿qué noticias traerá?…

Las noticias que traigo
¡del dolor, del dolor me caigo!…
son tristes de contar…

Que Mambrú ya se ha muerto
¡qué dolor, qué dolor, qué entuerto!…
lo llevan a enterrar…

(otra versión
Mambrú ha muerto en guerra…
Yo le fui a enterrar

Con cuatro oficiales
Y un cura sacristán)

En caja de terciopelo
¡qué dolor, qué dolor, qué duelo!…
Y tapa de cristal…

Y detrás de la tumba
¡qué dolor qué dolor, qué turba!…
tres pajaritos van…

Cantando el pío-pío
¡qué dolor, qué dolor, qué trío!…
cantando el pío-pá.
(Canción infantil, España)


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